¿Qué alimentos y bebidas son comida chatarra?
Refrescos y bebidas con mucha azúcar
Las primeras fueron los sifones y después llegarían las gaseosas y otras bebidas de distintos sabores.
Al igual que en otros países, se empezaron a elaborar en las farmacias y se bebían para mejorar pequeñas dolencias, aunque pronto triunfarían por su buen sabor.
Durante años, las gaseosas lideraron el mercado español. En los años 50 había más de 5.000 de fabricantes de estas bebidas. En cada provincia había pequeñas empresas que vendían sus productos, de casa en casa y en los bares de la época.
Los sabores se fueron ampliando cada vez más, como la naranja, el limón y la cola, que acabarían por convertirse en los preferidos.
Galletas
Los expertos sitúan el origen de las galletas hace 10.000 años, cuando se descubrió una especie de sopa de cereales que sometida a un intenso calor en el fuego, adquiría una consistencia que permitía transportarla sin que se deteriorara ni destruyera su aspecto y composición.
El nacimiento de la galleta propiamente dicha fue en Grecia, donde aparecieron los denominados «dipyres» o también llamados panes cocidos dos veces.
Actualmente hay una infinidad de clases de galletas diferentes.
Frituras
La lengua es curiosa. Una técnica practicada durante miles de años, llevada a cabo por civilizaciones antiguas, no aparece en los diccionarios más referentes de idiomas como el inglés hasta principio del pleno siglo XX.
Según la distinción que la gallega hacía en La cocina española antigua, obra publicada en 1913, «frito es el manjar que se prepara con arte y regularidad para la sartén». De acuerdo a interpretaciones, hablaríamos de croquetas, de pestiños, de unas porras… Elaboraciones en las que sea necesario ese arte al que alude la condesa. «Fritura o fritada», sigue la instruida noble y aristócrata, abordando nuestro interés, sería «el manjar que se fríe sin otro aliño». Un pescadito frito o unas alitas, por ejemplificar.
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